Las canas aparecen, y se multiplican rápidamente.
En un abrir y cerrar de ojos, ya necesitamos lentes.
Nos duelen las rodillas y cuando menos pensamos,
ya estamos tomando un montón de pastillas.
Y de uno en uno, se nos caen todos los dientes.
Y así, sin darnos cuenta se llega el día en que nos miramos en un espejo, y en frente de nosotros hay un ser arrugado, cansado y muy viejo... Y entonces nos preguntamos;
¿Dónde quedó mi vitalidad, mi gran fuerza y la belleza de mi hermosa juventud?
Entonces descubrimos que se nos fue la vida en un parpadeo. Así, sin que nos dieramos cuenta...
©Jacqueline
Unknown photographer |
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