Me enredo como una hiedra en ese haz de fulgor que penetra entre las cálidas humedades de mi orquídea profunda, irreverente me abro a tu incandescente presencia...
Respírame en lo más profundo de mi, en mis aromas, en mis esencias, en mi veneno extasiaste, en mis perfumes...
Me inhalas y me alojo en ti con gotitas de placer, que como rocio, se derraman de la corola de mi flor en un gozo profundo... En este abismo, de mi ser, de mis ojos que conduce a mi alma, eres resplandor y yo plenitud en los labios que me llevan a la locura.
©Alexandra
Photographers: Trevor & Fay Yerbury |
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